El objetivo que ha motivado los trabajos de la Congregación por la Causa de canonización de nuestra Madre, la Sierva de Dios María Amada, es que un día sea proclamada por la autoridad eclesiástica como santa, para que los fieles cristianos de la Iglesia, pública y oficialmente podamos reconocerla y venerarla como un modelo de vida cristiana e intercesora ante Dios.
Es un objetivo a largo plazo y cuyo tiempo no podemos saber o calcular con certeza, porque, en primer lugar, la canonización es una gracia que Dios da a su Iglesia cuando quiere. En segundo lugar, se trata de un laborioso proceso eclesiástico que consta de varias etapas de trabajo laborioso y de seria investigación; de trámites canónicos y de cuantiosos recursos económicos.
Si bien, el feliz cumplimiento de este objetivo no depende sólo del trabajo del equipo promotor y quizá no nos toque ver el resultado final, sí podemos desde ahora agradecer a Dios los muchos beneficios que este proceso está dando en bien de la Iglesia, de la Congregación y de todos aquellos que día a día se van enriqueciendo espiritualmente al conocer la vida y obra de la Sierva de Dios María Amada del Niño Jesús.